Alejandro Adams
Comendador del Cielo
Paraíso
Querido Viejo:
Jamas creí que después de tres años de que tú aceptaras tu nuevo trabajo, me hicieras tanta falta. Hoy cuando mis sentimientos y pensamientos están confusos, siento la necesidad de que estés a mi lado para orientarme. Quizás soy un poco egoísta en confesartelo, pero ni modo. Quien si no tu para hacerme sentir fuerte y optimista. Quisiera escuchar tu voz con el consejo de siempre...adecuado para el momento y preciso para escucharlo. Hoy mi mente vaga entre la confusion de rencores y sentimientos de culpa. Siento que el mundo me acorrala y no veo la salida, tengo mucha tristeza en el corazón.
Por mas que busque la alegría no la encuentro. Mi vida recorre los recuerdos a todas horas.
Solo, espero la muerte para descansar. Nunca quise escucharte cuando decías que la vida es dura y con sacrificios, que pocos momentos tendría de felicidad, por eso creo que siendo tan pocos, no los puedo recordar. Se que te encuentras muy ocupado en tu nuevo trabajo,espero que cuando recibas mi carta me contestes con la sonrisa de siempre,optimista y con consejos sabios(sabiduría que te dio la vida).
Bendicion querido viejo .
Jose Armando Adams
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