lunes, enero 24, 2022

Un día al despertar...

 Un día al despertar… será diferente.

Dejaré de preguntarme quién me pueda querer o no, o con quién puedo contar, porque siempre he encontrado una mano cuando la he necesitado, y no hay nada más bello que agradecer a Dios y a la vida por ese detalle que hace que valga la pena el camino.
Me hartaré de soportar aquello que no me trae paz y buscaré mi paz interior como misión y visión. Aunque acostumbro decirle ¡Paz, aquiétate! A veces ella misma parece revoltosa, quizá para evitar que la comodidad de estancarte en una zona de confort no se haga rutinaria
Me daré cuenta de que las opiniones valen menos de un centavo el millar, y que la lealtad no era sólo una palabra, ni la interpretación de alguien más, sino un estilo de vida que he honrado siempre.
Asumiré que mi vida será como siempre ha sido, y sonreiré. Porque esos valores siempre han ido en el macuto que cargo. Y no basaré la riqueza de mi existir por cosas ajenas a mí, cumpliré con mis deberes como siempre, buscando sea con alegría. No cargaré lo que no me corresponde. Y me convenceré a plenitud, que la vida es muy corta como para dejar las llaves de la propia felicidad en el bolsillo de alguien más.



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