No siempre el observar la luna desde un paisaje distinto, te entrega cosas nuevas. Allá donde tu vayas... ella te seguirá , pero el paisaje ajeno, quizá no posea esos hermosos colores a los que se ha acostumbrado tu mirada.
Sucede ...
Incoas una senda distinta,
echas a andar... con paso ligero y sonrisa alegre ,
la rutina con su rostro cetrino
se va quedando atrás .
La mirada, ávida de paisajes nuevos;
de rostros diferentes, de aromas distintos ,ocasos ... de horizonte ajenos .
Brilla con la luz de la esperanza,
de mañanas frescas y días plenos.
Donde las horas serán insuficientes
para abarcar planes y proyectos que llevas bajo el brazo.
¡Eso marcará dentro de todo, aun siendo redundante
una diferencia de colores nuevos!.
Y sonríes , como desenvolviendo de a poco
un regalo olvidado, sin aflojar tu andar ...El paso, se torna súbitamente arduo, áspero.
Los guijarros del camino,
te hieren las plantas y no puedes explicarte
el porqué, el como... algo ha cambiado;
un sendero que prometía ser calmo ...
se transforma, inclemente, ríspido.
Goterones oscuros y gordos
caen en agresiva lluvia mortecina,fríos, como el deshielo;
te impiden la visión , de ese paisaje
que otrora anhelaras observar;
ese paisaje que soñaste nuevo,
diferente , atípico.
La sonrisa... se va difumando,
la mirada se oscurece. Con profunda melancolía ,
el pensamiento vacila...
y los paisajes rutinarios,
evocan pasos dados
en tediosa quiza, pero igual
bucólica armonía .
Malusa