domingo, junio 15, 2014

Feliz día papá. A ti y a todos los que cumplen este rol en nuestras vidas.
























¡Me encantan los padres de hoy!. Aquellos que han logrado superar las tradiciones atávicas de ser meros proveedores, y se convertían igual en "meros observadores" del crecimiento de sus hijos, ahora con alegría comparten el gozo en la crianza de los hijos y actúan a dúo en una nueva dimensión en la convivencia familiar. Y eso no les hace menos “hombres” por el contrario los reviste de una hombría diferente y completa.

Pese a los tradicionales reproches de quienes pretenden perpetuar ese tabú de que si el padre se involucra emocionalmente con los hijos se torna "suave y mandilón" . Aplaudo que cada vez son más; los padres que están presentes en el cuidado y atención de sus hijos. Se requiere de dos para engendrarlos, igual son dos los que necesita el hijo/a para crecer en armonía y amor.
La intuición femenina permite a la madre establecer lazos desde que lo tiene en el vientre; y será siempre aquella que interpreta señales de temor en el hijo y le tranquiliza y conduce con la suavidad de mamá. Es la voz y el contacto del padre quien le da seguridad, confianza en el mañana y establece límites en la conducta infantil. EL es quien cierra el círculo de amor que debe rodear al niño. Su influencia siempre es poderosa en la salud emocional. Será la madre quien amorosa le dirá ¡con cuidado! será el padre quien dirá " ¡sin miedo, una vez más! juntos, tomados de la mano como pareja formadora de familia deben ser guía para el camino de la vida.

Reitero, aplaudo al padre que no se queda en la periferia, sino que conoce a su hijo de cerca. El que sabe cuál es su color favorito y cual su temor nocturno. Sabe de desvelos por enfermedad, cambia pañales y prepara biberones. Trasciende la preocupación por sí mismo y sus ocupaciones y logra ver al hijo en los mismos términos que la madre. Propicia en su hogar un ambiente que permite el desarrollo del potencial familiar en un marco de libertad responsable no de dominación. El padre de hoy se ha dado permiso (bendito sea Dios) para ver a sus hijos con ojos de amor. Y goza al lado de su pareja cada peldaño de su desarrollo infantil.

A esta nueva generación de padres aplaudo y felicito hoy en su día. Igual quiero homenajear a aquellas que con valentía asumieron ser padre y madre. Y además lo hacen tan bien como cualquiera.

Sin dejar por eso de felicitar a todos aquellos que lo hicieron a "la antigua" pero que pueden ahora como abuelos ¡soltarse el pelo! y amar incondicional a los hijos de sus hijos

Feliz, muy feliz día del padre a todos los que en mi familia hacen de su misión algo hermoso y posible. A los que ya no están, se que sus hijos los cobijaran con amor en este día. A ti papá, allí a la derecha del padre. Te abrazo con profundo amor y agradecimiento Te amo, papá


Malusa 







Dia oficial de la madre





Confío hayan pasado el día dedicado a las madres oficialmente. Festejadas, mimadas, felices. Pido a Dios nos bendiga, guíe e ilumine para hacer nuestra tarea de la mejor manera y cobijadas bajo el manto de su divina madre María.



 Un día c
ualquiera, un chiquillo de ojos grandes,  que plenos de interrogantes y genuina rebeldía…me dijo bien claro un día: ¿tan solo porque tú lo dices? por un momento… el silencio fue tan absoluto… que temí, no saber qué contestar.Luego a mi mente llegaron; a tropel mil y un consejas antiguas que asumí… eran tan sabias, que sobrepasan al tiempo, a modas, países, culturas. Y le contesté serena que no, que estaba abierta a un dialogo… que, sus razones y las mías eran igual de validas, pero… había un pero… si, solo un pero.   ¡Yo era la mamá! Y la lógica dictaba que al haber vivido más,
sabía ya de los peligros que encerraba tal o cual; al menos eso esperaba;
y nada más nocivo creo yo, que permisos otorgados por cansancio.
Es entonces cuando exclamas al silencio de la noche, luego de dura jornada,
“¡Qué difícil es ser madre!” y bendices el recuerdo de otros consejos,
de otros re
gaños, de reglas y prohibiciones. 
Asumes comprendiendo al fin… que la factura ha llegado…
Que el desvelo, los afanes, regañinas y castigos, todos, tenían un porqué
que te llevaría indudable…. A este momento preciso.
¡El aprender a ser madre!

Cuando niños no entendemos sus afanes y desvelos.
Nos parecen tan gruñonas al negarnos un permiso,
al querer disciplinarnos… al reiterar cada día
que hay que vivir con valores, y respetar sin dudarlo
lo que los padres indican y eso nos parece impuesto.
A esa edad no aceptamos, que lo único que quieren
es evitar que la vida, nos hiera con sus tropiezos…
que ellos ya saben de cierto… nos han de llegar un día.
Igual que un día le pidió a la vida… el gozar su Abril y mayo
que Agosto… ya llegaría. Y vaya que le llegó a la dulce madre mía.

Le llego Enero, Febrero, y Marzo. Abril y Julio también.
Septiembre, Diciembre demoraron en llegar.
Solo Mayo… Junio, Octubre y Noviembre se le hicieron del rogar.
Renegamos y decimos, que nos hartan sus consejos,
de chiquillos, sonreímos socarrones al escuchar:
“El que no sabe obedecer, nunca aprenderá a mandar”
“Si no aprendes a servir… no aprenderás a vivir”
“Cae más pronto un hablador que un cojo”
“El que roba un huevo… robará un día la gallina”
“Tanto peca el que mata la vaca…” y mil y un más.

Unas no las entendíamos, las otras… nos hacían reír
cuando grandes comprendimos… que eras reglas al vivir
Y que no hay verdad más grande, que aquello que nos decían
“El que no oye consejo… no llega a viejo”
Es que no nos damos cuenta que es en el diario vivir…
donde tajante; va dibujado ese amor, ¡el de una madre!.
En el desayuno diario, hecho con ojos de sueño
y restos de añejo cansancio. Lavaba, bordaba, cosía,
y aun le sobraban ganas de hacer cosas especiales
si uno de aquel puño de hijos por ahí… se lo pedía.

No me cansa el repetir que mi madre nos hacía…
con todo el amor del mundo comidas de gran gourmet;
y nos ponía ante la mesa platillos aderezados con…
el sencillo pero eterno… Amor divino de madre.
Este sábado de mayo y festejando a mi madre… mis hermanas,
Cuñadas, sobrinas, primas y amigas ya madres.
Confieso sinceramente: ¡Vergüenza debiera darme!
Pues… al fechar un solo día, pareciera que queremos limitar
ese amor tan infinito que es el amor de una madre.
Es por eso que reitero, que festejar a la madre un día…

¡Vergüenza debiera darme!

Malusa