jueves, octubre 27, 2011

Mi querido caballero Aguila.  El aletear de tus alas surcando mi espacio , me deja la seguridad de que la amistad desconoce tiempo, espacio y fronteras .  Dios contigo querido Bernardo.  Yo sigo en este andar que me lleva a la rivera del río, a mi pedazo de tierra , a un ocaso moribundo , a la luna iluminando la oscura noche . A esas locuras mías , que sueles observar desde tu vuelo .  Un abrazo enorme

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