miércoles, agosto 02, 2006
EL OLOR DEL AMOR ....
Hoy quiero compartir una historia de esas que te tocan el alma ....
se dice que es un suceso real , y si ....hay muchos sucesos de estos
donde uno sabe ,que no hubiese uno logrado cruzar a la otra orilla .....
sino porque nuestro Padre Dios , nos llevó en sus brazos ..
ojala te guste tanto como a mi
Un frió viento de marzo danzaba al final de una noche en Dallas cuando
el doctor entró a la pequeña habitación donde se encontraba Diana Blessing.
Aun aturdida por la cirugía, su esposo David sostenía su mano mientras se
daban ánimo para escuchar de boca del médico las últimas noticias.
Esa tarde del 10 de marzo de 1991, una serie de complicaciones obligó
a Diana, con tan solo 24 semanas de embarazo, a someterse a una cesárea
de emergencia para dar a luz a la nueva hija de la pareja, a la cual llamaron
Danae Lu
Con 12 pulgadas y pesando solo una libra y nueve onzas, ellos ya sabían que era
una niña precariamente prematura. Aun así, las suaves palabras del médico
cayeron como bombas. "No creo que lo logre" dijo, tan amablemente como pudo.
"Solamente hay un 10% de posibilidades de que sobreviva la noche y aun, si por
alguna escasa posibilidad lo logra, el futuro para ella podría ser muy cruel".
Pasmados e incrédulos, David y Diana escuchaban a medida que el doctor describía
los problemas devastadores a los que Dana se enfrentaría si lograba sobrevivir.
Ella nunca podría caminar, nunca podría hablar, probablemente sería ciega y
estaría ciertamente propensa a otras condiciones catastróficas como parálisis
cerebral, retardo mental , infecciones de todo índole y así.... "No! No!"
era todo lo que Diana podía decir. Ella y David, junto con su hijo de 5 años, Dustin,
habían soñado desde hace mucho con el día en que vendría la niña para que fueran
una familia de cuatro, completamente feliz .
Ahora, en cuestión de horas, ese sueño se desvanecía. Durante las obscuras horas
de la mañana, mientras la vida de Danae dependía del mas delgado hilo,
Diana despertó sobresaltada de su sueño, con una creciente determinación
de que su pequeñísima hija viviría y viviría para convertirse en una niña
saludable y feliz. Pero David, completamente consciente y escuchando los
horrendos detalles sobre las posibilidades de que su hija dejara con vida
el hospital, mucho menos saludable, supo que debía confrontar a su esposa
para lo inevitable. Así que entró y le dijo que necesitaba que hablaran sobre
realizar los arreglos del funeral.
Diana recuerda "Me sentí tan mal por el; porqué estaba haciendo todo lo posible
para tratar de incluirme en lo que estaba ocurriendo, pero yo no escuchaba,
no podía escuchar" Y dije "No, eso no va a suceder, de ninguna manera!!!
No me interesa lo que digan los doctores, Danae no va a morir!
Un día simplemente ella estará bien y vendrá a casa con nosotros!"
Como si la determinación de Diana le diera deseos de vivir, Danae se pegó a la vida
hora tras hora, con la ayuda de las incubadores logrando que su cuerpecito
en miniatura pudiera resistir. Pero a medida que esos primeros días pasaban,
una nueva agonía tuvieron que vivir David y Diana.
En vista de que el sub-desarrollado sistema nervioso de Danae se encontraba
esencialmente "en crudo", el mas ligero beso o caricia únicamente intensificarían
su incomodidad, de manera que ni siquiera podían arrullar a su pequeña bebita
contra su pecho para ofrecerle la fuerza de su amor.
Todo lo que podían hacer, mientras Danae luchaba bajo la luz ultravioleta
en una confusión de tubos y cables, era orar para que Dios se mantuviera cerca
de su preciosa niñita, y en medio de su dolor , se entregaron con fe en manos
de Dios .
Nunca hubo un momento en que Danae súbitamente se fortaleciera.
Pero a medida que las semanas pasaban, ella milagrosamente iba ganando
una onza de peso aquí y una onza de fuerza allá. Finalmente, cuando Danae
cumplió los dos meses de edad, sus padres lograron estrecharla en sus brazos
por primera vez. Y dos meses más tarde, aún cuando los doctores continuaban
con gentileza pero implacablemente advirtiéndoles que sus oportunidades de
sobrevivir, mucho menos de llevar una vida normal, eran escasas ,
Danae salió del hospital y fue a casa, justo como su madre lo predijo.
Hoy, cinco años mas tarde, Danae es una pequeña pero bulliciosa niña,
con chispeantes ojos grises y un inextinguible entusiasmo por la vida.
Ella no muestra ningún signo de discapacidad mental o física. Simplemente,
ella es todo lo que una niña puede ser y más, pero este final feliz esta lejos de ser
el núcleo básico de esta historia.
Una relampagueante tarde en el verano de 1996, cerca de su hogar
en Irving, Texas, Danae estaba sentada en el regazo de su madre en las gradas
de un parque local, donde el equipo de baseball de su hermano Dustin
se encontraba practicando. Como siempre, Danae estaba parloteando sin parar
con su madre y algunos adultos que se encontraban sentados en un lugar cercano
cuando súbitamente guardo silencio.
Rodeando su cuerpo abrazándose a si misma , Danae preguntó "Mami, hueles eso?"
Olfateando el aire y detectando la cercanía de una tormenta, Diana contesto
"Si, mi amor huele como a lluvia" Danae cerro sus ojos y nuevamente preguntó,
"no mami , lluvia no.... hueles eso?" Una vez más, su madre contesto,
"Si creo que pronto estaremos mojados, huele a tierra mojada , a lluvia " .
Aún atrapada en el momento, Danae sacudió su cabeza, acarició sus delgados
hombros con sus pequeñas manos y en voz alta anuncio, "No mami, huele a EL.
Huele a Dios…. como cuando uno recuesta la cabeza en su pecho"
Lágrimas arrasaron los ojos de Diana, mientras Danae felizmente brincó de su
regazo para ir a jugar con los otros niños. Antes de que la lluvia cayera,
las palabras de su hija confirmaron lo que Diana y todos los miembros del
resto de la familia Blessing siempre han sabido ,al menos dentro de sus corazones
al ver poco a poco como Danae sobrevivía pese a todo pronóstico en contra .
Durante esos largos días y noches de sus primeros dos meses de vida,
cuando sus nervios eran demasiado sensibles para que ellos pudieran tocarla,
ella no estuvo sola ….Dios sostenía a Danae en su pecho y era su amoroso aroma
lo que ella recordaba tan bien.
Dios contigo
María Luisa
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