Ensimismada observa la puesta de sol… pensando en sí misma, ¡pobre
mí misma! unas veces hecha pedazos, otras… reconstruida, pedazo a pedazo. A
veces fuertemente decidida. Otras, no puede ni con su sombra. Aún así jamás se
ha dado por vencida, aunque no pueda más. Ha estado en la cima y en la sima
también. Ha probado la felicidad exultante y la mas completa desolación, pero
ella sigue adelante, a cada tropiezo se pone de pie con fuerza decidida.
He tratado de entenderla pese a que no todo el tiempo la
comprendo. Porque la he oído reír a
carcajadas ocasionalmente, y también he sido testigo de las veces que el mundo
se le viene encima y pese a ello tararea todo el tiempo. Terca y tesonera no ha tirado la toalla
nunca, no abandona la creencia fútil de que el mundo y la gente son buenos. Y
se tiene vedado el rendirse, no, ella nos se rinde. Defiende a quien ama con
uñas y dientes y suele sentirse más sola que el uno rodeada de gente
Ella no habla de modas, maquillaje o ropa. No escucha
banalidades o críticas. Ni apoya cosas sin sustento. Pero apasionada habla de sueños, bendiciones,
realidades e ilusiones. De cariño entrañable, no de ese que se da fácil, no del
que se promete, sino del que se hace real, con hechos. Procura vivir libre, en un
mundo dónde a nadie se le corten las alas y se pida volar. Si te acercas a ella es porque serás
tolerante con sus errores, sus miedos, sus sueños, sus defectos. Porque
respetarás su espacio, su tiempo, su extraña forma y su forma de vivir. Si piensas diferente y quieres que haga lo
mismo… en serio, no te acerques. Ella
siempre ha podido sola y podrá siempre.
Jamás se rinde, acaricia sus cicatrices cuando duelen. Ocasional, suelo
pensar que… hasta las ama. Y aunque sea difícil creerlo, mi misma… cura sus
heridas y sigue así, siempre sola, porque aprendió que la soledad en compañía
duele mucho más.
Malusa
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