Ayúdame Señor a llevar un poco de tu mirada en la mía. A no dejarme llevar por juicios personales, interesados, duros y crueles. A observar no los aspectos negativos, sino la bondad y la nobleza que me rodean.
Ayúdame a ser proactiva, a ver el lado bueno de las personas, a no recrearme en el sufrimiento ajeno, a no ser altavoz de calumnias o mentiras, a no señalar defectos e historias pasadas que entre otras cosas solo sirven para lastimar.
Ayúdame a mirar como tú. Porque hoy puede ser ese día... en que yo, pueda iniciar a ver todo con otros ojos, donde pueda aprender a mirar ¡como tú!
Ayúdame a no conspirar, ni levantar castillos en el aire, ni en las ruinas sufrientes de mis hermanos, a ser prudente y digna, a no manipular, a no airear asuntos que deben permanecer en la intimidad de cada ser. A no ser altavoz de tonterías sin fundamento, ni de mentiras. Ayúdame a rectificar cuando yerro, a pedir perdón y a perdonar A dar la mano sin miedo y recibir un abrazo sin recelo.
Ayúdame a no señalar defectos, olvidando los propios.
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