Un abrazo al viento... ojalá llegue a ti mi caballero Águila. Siempre busco el tuyo, ahí mismo en el viento cuando las cosas se ponen un poquito difíciles.
Amigos, palabra sencilla, como hierba del campo,
como agua, pan y sal en la mesa cotidiana.
Ocasional,ellos son como hilos invisibles que me sostienen,
minúsculos rayos de luz que disipan las sombras,
sin forma, sin distancia, en tiempo oportuno,
pese a lejanías geográficas muchas veces.
Portadores de la calidez del sol, extensiones tibias
que me envuelven en sonidos, colores, sensaciones, imágenes,
propuestas que me calman, que me animan a reconstruirme.
Son amor sin imagen. Consuelan mi tristeza con jaleas de ternura.
Me cuentan de mí, cosas que desconozco. Enumeran las razones.
Despliegan pacientes mis virtudes haciendo un collage maravilloso
que contemplo en un silencio casi reverencial.
Potencian mis lágrimas diluyendo mis temores, mis pequeñeces,
y revierten en segundos lo que otros ajaron por años.
Los amigos, Vienen juntos, o separados,
a veces en una algarabía que ensordece.
Primero es uno, el otro le sigue de cerca, los demás...
se multiplican al acercarse.
Traen las manos llenas de bondad.
En ellos aún permanece la niña, a salvo.
Los escucho hablarme y en simultáneo comprendo
al palpar tanto cariño, que si perder era necesario...
honestamente he perdido lo que era menos importante.
Bendigo al Alma del Mundo por este inmenso tesoro que poseo,
que me ha dado multiplicado por tres: familia,amigos,hijo.
Que no solo son la razón de mi vida, sino que me la devuelven
cada vez que mi corazón se duele, creyendo que la ha perdido.
Malusa
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