Soy mi propio libro. Me reescribo, me borro, me subrayo, me agrego páginas a cada momento, cuando el paso se hace lento, o cuando lo apresuro en el afán de llegar a ninguna parte. Cada momento me arranco aquellas páginas que duelen, y siempre procuro queden algunas en blanco, para todo aquello que aun me falta por escribir.
Igual... borro, lo que el olvido a dejado algo difuminado, porque el agua ha corrido y el tiempo se ha olvidado de pasar por aquel dolor, por aquella pena. Por aquellas risas que no brotaron desde el alma, por aquellos días en que la vida era un risco de salientes cortantes e imposibles de librar. Si, indudable, soy ese libro que no comprendo como fue que inicié a escribir y que aun no puedo ponerle la palabra fin. Como esa puerta, que olvidando quien alguna vez la traspasó... no puede caer ¡todavía!
Malusa
Derechos reservados
Derechos reservados