Nos acostumbramos ...

 

Nos acostumbramos a dar todo por hecho,

a pasar cosas por alto, a omitir,

a olvidar, a ignorar.

Nos acostumbramos a olvidarnos del como, dónde,

por qué y el qué...demasiado a menudo.

Nos acostumbramos a evadirnos de lo que tenemos

tirado en nuestro entorno esperando ser resuelto.

Nos acostumbramos a no ver más allá de lo que queremos ver,

obviamos el "mirar" de verdad

Nos acostumbramos a no oír más de lo que nos "conviene"

así, entrecomillado...escuchar de verdad.

De súbito en un entorno ajeno, en unas horas muertas...

 

El alma, o la conciencia, nos hacen llegar momentos;

momentos de re-conocimiento, que recortan la forma

de lo agresivo, dibujando con un pincel muy fino

el limite entre huir o permanecer, ilusión o realidad .

Ese limite incierto y oscilantemente vago

entre lo siniestro y lo ridículo.

Uno de esos momentos que nos hacen percibir,

pequeños y monstruosos "errores" de cada día vivido.

Pequeñas cosas que en la cotidianeidad de la vida

hacemos a un lado inconsciente o conscientemente.

 Como abejorros molestos ;los vamos apilando allí

en ese rincón ...de la mente, del escritorio, del alma

 

Empero...eso no los resuelve, ni los elimina,

ni los desaparece.

Tengo hoy; la extraña sensación de que recorrí este año...

sin percibir con plena consciencia las hojas

que fueron cayendo una a una en ese almanaque 2012

que solo me promete existir 50 días más...

a partir de este amanecer; que no tarda en llegar.

 Entre huidas a entornos fuera del rutinario

y charlas de Domingo que hacían a las semanas volar,

olvide algo importante y vital en el correr del tiempo.

Dejé sin escribir ese pequeñito epígrafe

que incluye mi universal propósito.

 

"Habiter la vie à la session plénière,

en habitant pleinement la réalité habitée"

 

Ignoro el por qué ;hoy...lejos de mi espejo habitual

en un estado de cansancio-hartazgo de arte milenario

me dejé llevar en volandas dónde el intelecto guarda silencio

y la mente en estado subconsciente "mete las maneas"

e insidiosa me susurra al oído:

"¡el año ya agoniza...¿alcanzaste tus metas?!

Fuera de toda lógica inteligentemente emocional,

me dejo sorprender  ; quedando anonadada.

Y el corazón latiendo fuertemente,

contrito, hubo de ser honesto y contestar ...

¡no todo fue logrado!...con pesar.

 

Aún queda una semana por vagar...

pasos dados que jamás terminan;

por las calles cubiertas de hojarasca de otoño,

con el viento en la cara…me limito a soñar,

en esa soledad acostumbrada a divagar.

Se me antoja de pronto, volver...así sin más.

¿Pero...volver a que? ¿volver a quién?

si igual...ese mi entorno; aquí o allá

solamente lo habita...¡soledad!.

 

Malusa