viernes, abril 06, 2012

De nuevo ...ha llegado la hora





De nuevo Padre Mío , ha llegado la hora
en dónde volvemos a vivir tu entrada a Jerusalem
que montado en un borrico y aclamado por todos ,
sabias con certeza que aquello pronto se tornaría
en traición, olvido, ofensas y dolor.
La hora en dónde la muerte , lejos de ser fracaso
se vuelve por Cristo, culmen de una misión.
Dónde se cambian llantos y dolor por vida eterna
donde está la respuesta de  nuestra salvación.
Para que todo aquel que mirandote en la cruz;
esté dispuesto a morir un poco
Ha llegado la hora , en la que ...
sin ver frutos aparentemente ,
descubramos que es vital sembrar, dar y darnos
entregarnos plenamente aun sin recibir ,
brindarnos a los demas y negarnos a nosotros mismos
en esa oblación al más desprotegido...
aun a riesgo de parecer debiles o fracasados.
La hora de saber que estando unidos a Cristo,
nuestro mañana incierto sera Pascua triunfal.
La hora de soñar que este mundo roto y sin horizonte
cuenta con un aliado que nos invita a superarnos,
a levantar cabeza, a dirigir la mirada hacia Dios.
Y nos muestra en su andar,una invitación a seguirle.
Ha llegado la hora en que además de esperar en Dios,
confiar en Dios y creer en Dios...
nos esforcemos más en nuestra misión.
En que además de aguardar al Señor vigilantes,
avancemos en este plano terrenal,
despertando fe y esperanza en los demas ,
que nuestro actuar este pleno de ilusiones
caridad , fe, alegría y gozo .

Padre Mío, ayudanos ...
que de verdad haya llegado la hora
de contemplar frente a frente y sin miedo,
la pobreza que cuelga de esa tu cruz.
Que tengamos claro el mensaje en corazón y mente,
la riqueza de amor que se desangra en tu costado abierto
que podamos mirar con los ojos del alma , profundamente
el misterio divino que muere y calla en la cruz
esa que en la que te diste por amor a nosotros ¡Totalmente!
en ese dolor artero que te hizo exclamar:
¡Eloí, Eloí, ¿lemá sabactani?!
( ¡Dios mío, Dios mío,¿porqué me has abandonado?!)

Que tu dolor y entrega nos impulsen a ti,
a cobijarnos bajo la sombra de la cruz.
Mi pobre Jesús abandonado , hoy como entonces
cubrenos con tu amor y ten misericordia
de esta humanidad tan distendida

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