Me siento en la orilla del desvelo ,
como suele suceder...
Hasta aquí... me llegan las notas de una serenata
que ignorante del tiempo que se vive,
canta una melodía de antaño sin tonada...
quizá porque ya no se la saben .
Me llega al olfato, el aroma del suavizante lila
de mis sabanas castaño oscuro...
ese que no evoca en nada a las rosas,
ni a dalias, ni a canela...solo un aroma.
Hasta aquí... llega el ruido estridente
del un frenazo y un arrancón entre silbidos,
la vida aún no les enseña que el correr así ...
precipitadamente , les llevará a ningún lado ;
o hasta el panteón ....
Hasta aquí... me llega una añoranza
que se quiere revestir de indiferencia
y al chocar con mi propia inconsistencia,
sale malhumorada por la puerta
Hasta aquí... me llega la mágica inconsciencia
del insomnio perenne que me asola
cuando no es ese desvelo aburrido
que llegado al desespero huele a azufre ,
igual, el me provoca sonreír
y trazar fonemas con mi pluma de Viakon .
Hasta aquí... ha llegado por hoy
el loco coincidir al mismo infierno
quizá ,al borde de tus ojos que me llenan.
Perdiéndose en el aroma de un café
que tratará de despertar a mis sentidos
para enfrentarse a un día cualquiera;
que se asoma... fríamente ¡desabrido !.
Malusa
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