lunes, diciembre 09, 2019

De tiempos y tiempos



Ocasional, amaneces sintiendo que el mundo sobre tus hombros pesa demasiado. Que la plata no ajusta, que el tiempo se te escapa entre los dedos, que ayer era Enero y hoy inicia el Guadalupe Reyes, que la vida te deja atrás... que tu paso es lento, etc. etc. etc. Otros, que te sientes de maravilla y te dices ¡Wow, hoy puedo quitarme diez años!
Confieso que jamás digo mi edad, aun cuando... si presumo mi credencial de tercera edad, anhelando haya descuentos en un viaje a Venecia que tengo pendiente y toda su parafernalia de gastos. Cuando me preguntan por ella, contesto: "Entre los que me quito y los que me pongo ando en los 80s" En realidad, tengo toda la edad del mundo mundial, desde el día que nací hasta hoy ¡Esa es la verdad! Hace poco leí de Isabella Rossellini una declaratoria que ¡Me encanto!

Se las comparto:
"Soy mayor y tengo el aspecto de una mujer de mi edad. Algunas mañanas, al mirarme en el espejo pienso: ¿Y si me opero? Pero siempre lo descarto porque la cirugía es como cuando les vendaban los pies a las mujeres en China, una nueva consecuencia de la misoginia. Si lo hiciera, podría aparentar 56, pero cuando cumpliese 76, parecería que tengo 66... Es ganar una batalla para perder la guerra. Además, a la larga, la belleza está, sobre todo, en la elegancia y la inteligencia, pensando por ejemplo, en Maria Callas, Frida Kahlo, Anna Magnani.

A los 20, todos somos hermosos con unos vaqueros y una camiseta. Pero después, la belleza es una cuestión de estilo, personalidad, carisma… No hay que ocultar los defectos, sino transformarlos para que sean únicos. Ahora, yo ya no busco resultar sexy, sino encontrar la mejor expresión de mí misma. Cuando eres joven tienes mucha presión: el trabajo, el dinero, la pareja, los hijos… Pero a medida que cumples años te sientes más libre y más segura, y haces lo que te viene en gana.
¡Nadie habla de los maravilloso que es envejecer!”

Reitero, ¡Me encanto! Y si, yo pienso que es maravilloso, llegar a esta edad, dónde no tienes que caerle bien a nadie, no tienes que dar cuenta de nada a nadie. Solo pido a Dios, tener una salud pasable y pocos gustos culposos que puedan dañarla. Luego, aumentar en lo posible las disciplinas que me puedan ayudar a conservarla.

¡He dicho!

Malusa

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