Hay tanta soledad arrepentida

Ocasional , ni aún las irrealidades son factibles de olvidar,

los recuerdos acechan por todas partes insidiosos...
y los engranajes de la mente se ponen en movimiento
rumiando fantasías irrealizables, evocando el paisaje olvidado
de una vida lamentablemente rota y perdida, entre sueños.

Sueños aplastados por la tajante realidad de una elección fallida;
enredándose en tenues rumores de lo que quiso haber sido;
arañando deseos,casi rozándolos en ese duermevela del insomnio.
Mirando a la nada; supervive el alma con cierta ingravidez
al filo de la nadiedad, en los límites mismos de la cordura.


La soledad es a veces amiga, otras una mala consejera,una arpía.
Surgen en la noche sombras impenetrables,
que resbalan con la luz de la alborada
para sumirse en el centelleo de estrellas que resurgen
cuando acaece el crepúsculo, tiñéndolo de mil colores
que parecen ser robados a la mañana.
Para luego vestirse con los rojos, oro y ocre del ocaso,
que agoniza allá a lo lejos , y te convida a perderte igual
sumergirte en la nada, un borrón de olvido diletante...



¿Olvidar?, no, olvidar no está en nuestras manos. Está quizá
el asumir, aceptar, optar y fingir...haciendo de esto, ¡un arte!.
Fingir, que la vida sigue ... fingir que todo está bien,
fingir, cual finge aquél que saborea una copa de vino
sin descubrir que carece del paladar adecuado para ello.
Observar un hermoso cuadro de Chagall, sin querer aceptar
que desconoces todo sobre cubismo y surrealismo.

O el dejarse llevar por la música que resuena en nuestra mente
antes de haber sido inventada siquiera la melodía,
perderse entre la bruma del camino y escurrirse...
No sin antes haber rozado la realidad ahogándose en ella,
ocupando mas horas de las que tiene el día en mil cosas ,
para evitar el percatarte que para vivir se requieren motivos,
no solo la capacidad de respirar o de que tu corazón aún lata.

Hay tanta soledad arrepentida ...


Malusa



Mi caballero Aguila, ha tiempo tus alas no surcan mi cielo  ¡Espero estés bien!